martes, 29 de noviembre de 2011

ACONTECER

La complejidad del ser humano y sus contextos ambientales requieren de dinamismo constante y sonante, tal cual es, el mismo individuo. Resulta contraproducente analizar las situaciones terapéuticas que guían el bienestar de las persona sin contemplar el contexto social en el que se tejen las hebras del ser. El que las personas vivan para sus adentros los sufrimientos con la máscara externa del bienestar y la competitividad, es uno de los resultados más lamentables del mundo moderno con sus sistemas de automatización del hombre productivo. Existe un pánico exacerbado a ser auténtico, éste engloba otras formas de suplicios internos, los que guardan estrecha relación con alcanzar un estatus estandarizado que nos deje bien frente a nuestros jueces emocionales que constituyen las personas que consideramos más importantes desde el punto de vista afectivo. Si siguiéramos el camino libre de la conciencia organísmica la que se coarta en la infancia, seríamos nosotros mismos el centro de las decisiones fundamentales que nos guiarían al camino de la vida plena, al máximo desarrollo de nuestro potencial y  a la transformación de una sociedad más armoniosa, en la que independientemente de los déficit y diferencias obvias entre individuos, exista una aceptación incondicional  del otro, el que también es parte de mi. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Valparaíso

Valparaíso aterrizó en una nube de sal y simplemente un día todo quedó así. Antes era una ciudad común, ahora es una descalabro de palacios ...