El padre que un día me trajo
Emperador de otoños y chubascos
Guardián de las camelias chasconas
Capitán de vendavales, marinero de brisas
Conglomerado de memorias vivas.
Mi padre un niño trizado
Un futbolista de barrio
Un flaco que silva su canto
Un guitarrista enamorado
Un feligrés en su jardín amado.
Un pálpito altruista
Un cazador de sonrisas
Un animador de tragedias
Un hacedor de cosquillas
Un pilar de tierra y estrellas.
Mi padre y todos sus hombres que lo pueblan
Mi padre con su bondad caminando
Arriba del techo, atajando los vientos
Podando los sueños, sembrando la aurora
Cultivando el amor, como orfebre de luces, en el taller de su alma.
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