martes, 27 de septiembre de 2011

TLATELOLCO

Esto que escribo no sale de mi imaginación, es un sentir que nace a partir de que un hombre esta mañana me contó parte de su historia, de su vida y de la verdad que necesita dejar  para emprender el viaje a su tierra, a su pueblo que extraña, como a su esposa y a su hijo que perdió hace cuarenta y dos años estando en la  prisión de los que traicionan a la patria para defender a sus hermanos. Está casi ciego y con un cáncer terminal. Entre el dolor y los insultos duerme a los pies del monumento que tiene puesto su nombre junto al de los muchos muertos en la matanza del 68´. Pero Carlos está más vivo que todos los vivos, hoy cumplió setenta y un años y con todo su despojo material, nos regala palabras que resuenan como un himno valiente. Habla desde el amor más honesto que un hombre puede poseer y compartir, nos da lecciones de libertad que escucho con un nudo en la garganta.
  Me quedo pues,  con una frase atorada en la memoria.
"la justicia no está en los tribunales, la justicia está en ti, en todos nosotros"

  y luego escribo:
Tlatelolco

Ni toda la sangre derramada,
ni todos los huesos esparcidos,
ni todos los llantos desplomados,
podrán traspasar la fosa del olvido.

Qué fácil es ganar la guerra
-comandante-
Cuando el supuesto enemigo
le dispara palabras, que nacen del fondo del pecho del hombre que grita honestidad.

Qué fácil es callar las voces de los molestos
-soldado-
con una inocente bala,
que no salió de ti, sino de la respetada institución que te paga un triste sueldo a fin de mes.

Qué fácil es ponerse a dar madrazos a las mujeres
-cadete-
cuando es tu padre psicópata
quien dulcemente te lo pide, te lo exige y te lo aplaude.

Y  entonces es dónde yo me pregunto:

¿Cómo será lavarse las manos en el puto lavatorio que espumea sangre?
¿Cómo será dormirse por la noche, con olor a  pólvora, a fusil quemado?
¿Cómo mirará a sus hijos, el que mandó chingar a su madre a su propio hermano?

Pero,
Estos pobres hombrecitos de trajes vergonzosos
Estos pequeños soldaditos de plástico de mala calidad
Estos hijos de la mala crianza a base de palos y palizas
Estos burdos seres que ya no miran a los ojos.
No son más que una suerte de batallón mediático
Una especie de orgullosos traidores solemnes

El poder de la época fusiló a los indios
El poder de la época aplastó a los pobres
El poder de la época  desapareció estudiantes
El poder de la época eliminó  idealistas

¿Podríamos empezar a cuestionar ligeramente a don poder, no creen?

Humildemente,
pienso que,
el padre autoritario que nos dice como ser,
derechamente la está cagando hace un buen rato.
Le gusta contar billetes más que besar a una mujer.
Le gusta acumular tesoros más que ver un amanecer.
Le gusta limpiar su pistola más que jugar con su hijo.
Ya no sabe ni quien es, dejó un día de llorar y sentir latidos,
Dejó de mirarse porque ya no se encontraba
No hay espejo que resista la cara de un ser que no se ama.

Los huesos y la sangre están esparcidos
en la tierra,
debajo de los edificios.
Caminamos encima de la historia.
Aquí abajo,
no hay fósiles vacíos
Hay huesos que crujen sonidos de libertad.



 

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