miércoles, 5 de septiembre de 2012

Pekeño monólogo de una muñeca de trapos


No kiero ser más una muñeca de trapos.
Mis lanas ya no se entibian.
Tengo sabañones en el cuello
en las orejas y en el pelo.

No kiero ser más una muñeca de trapos.
Sentada todo el día en un cuarto oscuro.
¡Los niños son unos ingratos!
No les importa que las polillas me hagan trizas.

Shhhhhhhhhuuuu!!
Silencio
Ke Ahí viene
Rubia
Alta!
Muy alta la cabrona!
Sus ojos azules parecen el cielo
Los niños la aclaman:
"Barbie, “Barbie,  Barbie
              Barbie"
Siempre quise ser como la Barbie.
¡Salir en mi súper auto rosado!
¡Con mi largo cabello al viento!
¡Luciendo mi  hermosa nariz respingada!
Pero entre la Barbie y yo,  hay un enorme charco.
Con guarenes, sapos y mierda.
Yo, soy muy amiga de los sapos
Y ella, es muy amiga de la mierda.

Sin embargo...

Yo sólo soy una humilde muñeca de trapos.
De esas caseras, que hacen las abuelitas.
Con algún que otro sucio parche
para tapar mis penas podridas


1 comentario:

  1. Sin embargo la barbie no tiene la culpa de haber sido fabricada a granel.

    Creo que a veces anhela el calor de esas manos ajadas y sabias que cosen puntada a puntada a la muñequita de trapo

    daría todas sus joyas y su ropa maquilada de diseñador, daría lo que fuera por una batita o un huipil, daría todo por no haber salido de una fría fábrica ni de frío plástico

    Creo que una que otra barbie toma conciencia de su ser, de su repetible ser y anhela por un momento, poder ser única
    como la muñeca de trapo, por ser una en un millón y no por ser la número mil millones

    ResponderEliminar