Revélame
tu gracia caballero de bardas indecisas
Enséñame
tus pavuras como trofeos
Estállame
en la cara todo ese montón de almíbar somático
Distrae
tus dilatados dedos zambulléndolos en mis faldas
Traslada
a tus pulmones el grito de animal herido
Que
la noche aguarda silencios pero no mutismos
Afila
tus colmillos en la punta de mis brotes
Que
las ansias no esperan alevosías infantiles
Sigue
tus inclinaciones felinas
Ya
que los fuegos artificiales se disponen para la fiesta
Por
mientras hay que acomodar el lecho donde descansarán sus cenizas
¿O,
a qué hora te convertirás en el
silvestre pájaro peregrino?
Muéstrame
tu ligereza, cíclope de escamas insinuosas
Algo
me dice que es ésta tu primera acometida
Eres
osado al pretender navegar en mis aguas
La
marea subirá dependiendo de las voracidades
Por
mientras rema, rema, rema, que no se note escasez
Sólo
sospecha que mi lengua juguetea en la pared más aguda de tu cuello