martes, 29 de noviembre de 2011

ACONTECER

La complejidad del ser humano y sus contextos ambientales requieren de dinamismo constante y sonante, tal cual es, el mismo individuo. Resulta contraproducente analizar las situaciones terapéuticas que guían el bienestar de las persona sin contemplar el contexto social en el que se tejen las hebras del ser. El que las personas vivan para sus adentros los sufrimientos con la máscara externa del bienestar y la competitividad, es uno de los resultados más lamentables del mundo moderno con sus sistemas de automatización del hombre productivo. Existe un pánico exacerbado a ser auténtico, éste engloba otras formas de suplicios internos, los que guardan estrecha relación con alcanzar un estatus estandarizado que nos deje bien frente a nuestros jueces emocionales que constituyen las personas que consideramos más importantes desde el punto de vista afectivo. Si siguiéramos el camino libre de la conciencia organísmica la que se coarta en la infancia, seríamos nosotros mismos el centro de las decisiones fundamentales que nos guiarían al camino de la vida plena, al máximo desarrollo de nuestro potencial y  a la transformación de una sociedad más armoniosa, en la que independientemente de los déficit y diferencias obvias entre individuos, exista una aceptación incondicional  del otro, el que también es parte de mi. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

...

Dulce boca la tuya
Sabrosa fresa húmeda que degusta mi aliento
fruta acuática que zambulle mi lengua
antojosa,
inquieta,
viva,
escandalosa,
nocturna. 


jueves, 3 de noviembre de 2011

SEÑORITA

Ahora que es toda una señorita
Usted mejor cierre  las piernas
Reúna las rodillas
Ajuste sus enaguas retorcidas por la borrasca
Permanezca incólume,
Circule Plausible,
Contemple  con misericordia,
Estornude murmullos estoicos,
Bostece menguadas las ansias,
Cauterice  su retrato celeste sin parpadear
Que las fieras están ávidas de sangre
Y a usted le brota a chorros por la bragadura

Recoja ya las muñecas que no le riman
Ensaye sus adiestramientos indulgentes
Ruborice sus molletes con gentileza
Alise sus uñas con prolijidad
Ataje las virulentas prácticas
Arrímese al huerto luminoso
Sacuda las migas de pan dulce que desgranaron sus dientes
Guise platillos rebosantes de sosiego
Deténgase en la mitad de la sombra
Rehúya de sendas agitadas
Que los cuervos toscos revolotean golosos
Y usted ya huele a manjares

De ahora en adelante vigile sus faldas
Mantenga sagaces los sentidos
Mire con astucia sus proezas
Que los deseos tocarán disimulados la puerta
Pero entrarán por la ventana
Y tu ligera ignorancia dejará pasar ensoñaciones
De frutosos aromas agridulces
Y en tres cuartos de segundo
El apetito trepará sagazmente a los tobillos
Hasta llegar al centro de tu enclenque cuello
Habiendo seguido la ruta de los pliegues ignorados
Y  alojarse definitivo en la península recóndita del ombligo.