Tenochtitlán, sábado de tarde.
Camino.
Junto a mí va un anciano,
amable me ayuda a llevar bolsas.
Nos perdemos entre los pasajes.
Hablamos de la vida.
Entonces abre su memoria,
Y me da la llave de un secreto ancestral,
Lo más valioso que posee,
Lo recibo con ojos escarchados.
Hasta pronto.
Tenochtitlán, sábado de noche.
Espero a un amigo afuera de la estación Balderas.
Por mientras cantó hacia adentro.
Una mujer se acerca,
Me pide que le abroche el brasier,
Ríe.
Le paso mi cigarrillo,
Traspaso la intimidad de su espalda,
Junto sus ropas,
Me da las gracias y se marcha,
Me kedo entonces con su calor en las manos.
Hasta pronto.
amiga yotmabienteamo!
ResponderEliminarCamina por tierras ancestrales con pies descalzos. Todos cargan sus sentimientos, y llenan los vacíos con pedazos de alma, lo llaman vivir. Todo aquel que encuentres en el camino te dejara una parte de su ser, como ellos toman algo de ti. Juegos y danzas entre seres vivos, hasta que recuerden lo que son realmente.
ResponderEliminarVaya al norte, siempre hacia el sol…
Dicen que dijeron: editar un texto, trabajarlo, implica un acto de omisión: se omite lo que no nos gusta, lo que está mal dicho o podría decirse de otro modo, pero también, porque un poema no es sólo un conjunto de palabras que forman más o menos un grupo bien armado, bellamente escrito, sino porque, siendo ellas mismas objetos que refieren a ALGO, no siempre dicen aquello que literalmente refieren. Es extraño, pero las mismas palabras, puestas en un orden distinto, dicen OTRA COSA (excusas por esas mayúsculas, pero no hay kursiva).
ResponderEliminarEn este poema, lo que podría ser la descripción de un momento cualquiera, se transforma en otra cosa mediante ese BALDERAS, que está puesto abajo; y en ese TRASPASO LA INTIMIDAD DE SU ESPALDA, no es sólo una mano que abrocha un brasier -un acto repetido cientos de veces por una misma mujer-, sino un acto que le permite a la que lo vive un encuentro cercano con esa ciudad nueva para ella; en ese momento eso LEJANO, deja serlo para convertirse en un afecto desde siempre conocido: el encuentro. También, nos dice que en los actos cotidianos de la ciudad está metida la poesía, ese conocimiento que, sin ser práctico, utilitario, nos ayuda a comprender lo que nos pasa, siempre bajo esta directriz: somos seres en relación. Si la poesía está AHÍ, sólo hay que estar atentas: la escurri'a es gratis.
Descripción del entorno, reflexión, ritmo: kolérika.