miércoles, 7 de agosto de 2013

Hay cielos que estremecen



Cada vez que tengo la oportunidad de estar en lugares con gran energía cósmica,  la vida terrenal se transforma y sigue su cauce natural, la vía férrea del amor universal, o algo así. Una llama se enciende fuerte en mi estómago. Es mi fuego, con el que me atrevo a vivir, con el que me he ganado el trofeo de la locura.
Me gustaría que  todos los seres humanos miraran este cielo, sintiendo al mismo tiempo, el abrazo tierno de la tierra…