domingo, 21 de junio de 2020

El rey de un jardín

El padre que  un día me trajo

Emperador de otoños y chubascos

Guardián de las camelias chasconas 

Capitán de vendavales, marinero de brisas

Conglomerado de memorias vivas. 

 

Mi padre un niño trizado 

Un futbolista de barrio

Un flaco que silva su canto

Un guitarrista enamorado

Un feligrés en su jardín amado. 

 

Un pálpito altruista

Un cazador de sonrisas

Un animador de tragedias

Un hacedor de cosquillas

Un pilar de tierra y estrellas. 

 

Mi padre y todos sus hombres que lo pueblan

Mi padre con su bondad caminando

Arriba del techo, atajando los vientos

Podando los sueños, sembrando la aurora

Cultivando el amor, como orfebre de luces, en el taller de su alma.  

 

A mi padre terrestre con amor infinito...

domingo, 14 de junio de 2020

La nostalgia de mañanas

Esta nostalgia de mañanas con vos

de café en la cama a media cortina

de un mate caminado sin prisa

de risotada que acaba en cariño 

 

Nostalgia de sábanas de sol

Inundadas de ternura

con largos turnos para el amor 

con la hermosa impresición del existir

 

Nostalgia de mañana tibia

De agua regando tus plantas

De  pies mojados bailando en tu baldosa

De nuestras huellas alcanzándose 

 

De  esas mañanas secretas

Como quien dice una  escena perfecta

en la que todo fluye con la magia espontánea del ser

en las que te preguntas ¿y esto qué es?



martes, 5 de mayo de 2020

Dejar el querer por el merecer

Voy a desistir del martilleo de tu nombre
Con vocación religiosa
Con obstinación sobreviviente
Con erudición sacerdotisa
Hasta que ya no me dé nada al escucharlo
Hasta que se diluya como un hilo rojo en el océano
Hasta que sea otro cantar de ave más en mi ventana.

No porque tu nombre no me guste, ni le quiera
Más bien, porque no está en mí,
la vocación de amante, ni de fans,
ni de señora cornuda.
Por el contrario, tengo el deber de reivindicar mi valor
De transformar la equidad en una compañera diaria
De asesinar mi lado patriarcal ahora mismo.

Voy a decirle adiós a tus flores, a tus poemas y a tus seducciones
No porque no vea en ello algo divertido y excitante
Sino porque me debo la dignidad de ser amada en pleno
Sin detalles ficticios, ni maquillajes superfluos
La ilusión me hace tan mal por estos días
Y mi corazón que es un pajarito tan melancólico
¿Cuánta tempestad en un solo piuke?

Colgaré entonces los tacones, el vestido de lentejuelas y el portaligas
Tal vez ahora me pondré una bata sencilla
Un disfraz de fantasma, un traje disimulado
O volveré a mi antiguo look de asalariada calificada
Que esconde debajo de la falda más que una concha empapada
Un universo intenso, repleto de estrellas raras,
Antorchas sagradas que merecen un buen lugar donde brillar.

miércoles, 8 de abril de 2020

Un día gris

Hoy amanecí rota
con los ojos de cristal trizados
dibujados como pájaros en la ausencia
con el pecho descosido  
con el corazón en colgajo
con los anhelos deshilachados 
con la ilusión deshabitada. 

Hoy amanecí llovida
Con goteras en el alma
Con charcos de agua en mis zapatos
Con el espíritu anegado
Con las ganas axfisiadas 
Con el anhelo derrotado
Aluvión de intensas soledades.

Por hoy,  sólo vigilaré la ventana
Escucharé los ecos sureños del viento
Permitiré hormiguear  a este mutismo
Me dejaré caer como “Le Pendu”
Confiando en la inercia de los flujos infinitos
Depositando  las penurias en un tarro 
En el que plantaré un canelo en primavera. 

viernes, 13 de marzo de 2020

Amarse


Amarse como ritual de rebeldía
amarse como si fuera un asunto mágico
amarse como si en el acto mismo
la vida se transformara un poco
como si en esos segundos de entrega infinita
pudiésemos tocar el universo
y así desgranar una estrella gorda
espolvoreando luces en la tierra
envolviendo tiernamente
el puñado de misterio  que somos. 


sábado, 11 de enero de 2020

Qué le voy a dejar a mi niña

Qué le voy a dejar a mi niña,
Flor emplumada de cerro y mar,
Ojitos chinos de luz de sol,
Mirada clara de amanecer,
Tu pelo el trigo de mi pan.

Qué te voy a dejar hija adorada,
Además de estas letras palpitando,
Además de mi abrazo y mi canción, 
Además de la autenticidad de mi voz, 
Y los besos de mañanas de sal.

Qué te he de heredar pajarito cantor,
Si mi fortuna es tenerte, 
Sonriente y amando,
Vivir en este campo,
Que he sembrado desde el vientre.

Qué te he de dejar mi escandaloso tambor,
Mi inquieta y rítmica nota sonante,
Si mi tesoro más galopante,
Revoloteando mis armonías,
Es el calor de tu amor.

Qué te podré regalar,
Además de las huellas de mi caminar,
Corriendo tras tus carcajadas de miel,
Navegando por los cerros de papel,
Mi niña marina-pájaro y flor.